jueves, julio 10, 2008

EL REY HA MUERTO

Adelanto de mi columna de La Verdad de Mañana Viernes 10 de Julio.

Hasta siempre, sergio. Gracias por enseñarme a perdonar.

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publicado en “La Verdad” de Viernes 11 de Julio de 2008

SERGIO ALGORA… EL REY HA MUERTO

Rompo el leit-motiv natural de esta columna (el analizar o mostrar aspectos interesantes, novedosos y de calidad relacionados con la cultura y activismo alicantino) para recordar a una gran persona que si bien no nació aquí si tuvo relación personal y sentimental con la ciudad. Aparte, su obra en general y, en especial, su música inspiraron a un sector de toda una generación entre el cual me incluyo. Me estoy refiriendo a Sergio Algora, un genio sin paliativos cuyo débil corazón dejó de latir por sorpresa la madrugada del pasado 9 de Julio. Tenía 39 años.

Corrían los 90. La musica indie explotaba en España. Eran tiempos de las tres rayas de adidas, de la eclosión del pop independiente, de pelos teñidos de colores, de la celebración del primer festival de Benicassim. Tiempos, para unos entonces adolescentes como yo y mi hermano Carmelo, de descubrir aquella nueva música española, de sintonizar Viaje a Los Sueños Polares en Cadena 40 en las noches de verano en la playa de San Juan, de romper el dial buscando Radio 3, de conocer a gente por la afición común de la música que se acaba convirtiendo en amistades de por vida, de organizar tus primeros conciertos por puro amor a la música sin saber que algún día te puedes llegar a dedicar a ello. Tiempos de la Explosión Naranja en Valencia, del “Xixon Sound” en Asturias, de la Nueva Ola Murciana, de una pléyade de nuevas bandas reflejada en las programaciones de locales emblemáticos como la Sala Maravillas en Madrid o Celeste en Barcelona. Los Planetas, Chucho, Mercromina, Los Fresones Rebeldes, La Buena Vida… En Zaragoza, una banda llamada El Niño Gusano, buque insignia del sello Grabaciones en el Mar, sorprende con la versión más psicodélica de este indie-pop de nuevo cuño. Su cantante principal, Sergio Algora, cautiva a su público con letras poéticas que remiten a “pelícanos con ruedas”, “mujeres portuguesas con bigote de gato” y a personajes como Madame Dos Rombos o el Capitán mosca. Logró formar un universo, imaginería y mitología propios, el cual unido a las preciosas melodías poperas sin artificios del grupo hacían que, si te pillaba con la edad que me pilló a mí, el Niño Gusano se pudiera convertir fácilmente en uno de los grupos de tu vida. Es increíble todo lo que supuso para tanta gente esta banda con tan solo tres discos y sin abandonar el Underground.

En Alicante, aquella explosión musical nos pilló de refilón. Pili Perkins es lo más parecido a un grupo semi-profesional de esa onda que surgió en la época (junto con pocos más: Método Milton, los primeros Miranda Warning, que son prueba de que en aquella época las multinacionales buscaban grupos de este estilo al olor de la moda imperante, etc…). La Sala Stereo todavía era Apache. Gracias a su programación de conciertos pudimos conocer el directo de El niño Gusano y otras bandas de la época. De hecho Sergio Algora y El Niño Gusano fueron una banda prolífica que tocó a lo largo y ancho de la provincia (recuerdo un concierto en la desaparecida sala Maná-Maná de Santa Pola que se retrasó hasta las cuatro de la mañana por problemas diversos… y ahí aguantaba la gente).

Con la disolución del grupo en 1999, Sergio retomó su actividad como escritor poético. Pronto volvió al mundo de la música, primero con la breve banda “Muy poca gente”, que solo grabó un disco. Luego con una de las bandas más respetadas del actual panorama indie español: La Costa Brava, con la que grabó 5 discos en tres años y formó una increíble pareja creativa junto a Fran Nixon, otro monstruo de la composición de canciones bonitas.

Aparte de en sus conciertos, tuvimos la suerte de ver a Sergio en diversas ocasiones por Alicante, bien en alguna presentación de sus videos, bien en la barra de algún bar del barrio con amigos que tenía en esta ciudad. Tuve la suerte de conocerle y de compartir trabajo con él. Solo puedo destacar, aparte de su genio artístico, la gran persona que era, que pasó por mi vida dejando una gran huella. Sirva este artículo para exorcizar la pena de estos días por su desaparición. Sirva también como pequeño homenaje el reproducir una de sus letras de El Niño Gusano, apropiada para la ocasión. Gracias por todo, Sergio, hasta siempre. El rey ha muerto.

Se hizo silencio, se hizo silencio y a cada boca yo / concedí un deseo, todos se cumplieron, todos menos el mío./ Incluso parecía que nada podría hacerme mal, / incluso parecía que nada podría hacerme mal.

Tan lento llegó, tan lento llegó para decirme que / no era una perdiz lo que me comí, y era el final del cuento / Muñecos de nieve vienen a verme, me dan su frío, / se ríen y gritan, es el final del cuento.

Pasarás la página y verás que estás preso otra vez / en el más triste final, el más triste final, / el más triste final de un cuento ...

Es el final del cuento, el más triste final de un cuento ...



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